Seguro que en más de una ocasión estabas con el móvil o viendo alguna serie en la televisión cuando, de repente, la cobertura de la conexión Wi-Fi desaparece por completo. Una situación bastante incómoda que puede volverse peor conforme más alejados estamos del router. Sin embargo, existen algunos consejos para que estos problemas se presenten lo mínimo posible.
Para empezar hay que dejar claro que los router tienen un alcance máximo, por lo que si vives en una casa grande es posible que en los cuartos más alejados o en plantas diferentes la cobertura no llegue. En esos casos hay que recurrir a un extensor de la red, aunque lo cierto es que antes es recomendable probar a variar la localización del router, que en muchos casos es suficiente.
Según los expertos, el router debe colocarse en la zona central del domicilio si queremos que llegue al máximo número de habitaciones posibles y que la red Wi-Fi se reparta bien por casa. Y, además de esto, también es interesante colocar el aparato en una posición relativamente alta, ya que las ondas se envía hacia abajo y esto hará que su alcance sea mayor.
La importancia de las antenas
Muchos router ya no incorporan antenas visibles, aunque hay otros que sí. Si cuentas con uno que sí que tiene antenas también puedes mejorar tu cobertura en función de como las orientes. Lo recomendable es colocar una antena en horizontal y otra orientada en vertical, haciendo que formen un plano de 90 grados entre ellas. De este modo la cobertura será mejor y el Wi-Fi llegará más lejos.
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