El e-líquido ya ha demostrado su valía gracias a sus diversos efectos terapéuticos. Sin embargo, se requiere precaución dada la naturaleza del producto. Por ese motivo se ha puesto en marcha una legislación estricta al respecto. Define las condiciones de fabricación del producto, los lugares donde se permite su uso y el público autorizado para consumirlo.
Regulación de la fabricación del e-líquido
El e-líquido es un producto cuyo consumo es excelente para combatir la ansiedad, el estrés u otros problemas mentales. Sin embargo, puede tener efectos perjudiciales para el organismo si se consume en dosis muy elevadas. Por lo tanto, la ley es intransigente en cuanto a la fabricación de los cigarrillos electrónicos.
El frasco de e-líquido no debe contener más de 10 ml de la sustancia de vapeo. Además, debe ser inviolable y no permitir ningún tipo de fugas. Los cartuchos desechables deben tener una capacidad de 2 ml. La calidad del material es esencial y las incidencias que involucran productos defectuosos son severamente castigadas.
También es obligatorio notificar ciertos puntos importantes en todos los frascos de e-líquido. Deben ser legibles y escritos en francés. Llevan la composición exacta del e-líquido, la cantidad de CBD que contiene, su número de lote y un aviso para que se mantenga fuera del alcance de los niños.
Los lugares de consumo de e-líquido
Sería desagradable para los no-consumidores ver a los usuarios de e-líquido vapeando en cada momento. Para evitar eso, se han puesto en marcha algunas restricciones en cuanto al uso de cigarrillos electrónicos.
Por ejemplo, los lugares muy frecuentados por menores, como las escuelas, son zonas donde su uso queda prohibido. Lo mismo ocurre en lugares públicos como parques o transportes públicos. El objetivo es preservar el bienestar y la tranquilidad de la población.
Personas autorizadas a vapear e-líquido
La legislación francesa es muy clara en este punto. Ninguna persona menor de 18 años puede comprar o consumir e-líquido.
La primera razón detrás de este reglamento es obviamente sanitaria. Los más jóvenes tienen un organismo más frágil. Aunque se considere segura, la molécula de CBD ha sido sometida a pocos estudios. Sería arriesgado exponer a los menores a efectos desconocidos.
El segundo punto es psicológico. Los adolescentes son particularmente influenciables. Basta con que el e-líquido se ponga de moda para que todos quieran consumirlo. No hay que olvidar que el e-líquido se utiliza principalmente con fines terapéuticos. También se recomienda para ayudar a las personas que son adictas a la nicotina.
Por lo tanto, todas las tiendas de e-líquido (físicas o en línea) son muy estrictas sobre la edad del consumidor. Sin prueba de su mayoría de edad, será difícil para él obtener e-líquido.
El e-líquido está sujeto a la legislación más estricta. Está destinada a prevenir cualquier incidente y, por lo tanto, debe seguirse al pie de la letra. Los resultados de los futuros estudios nos dirán si estas medidas se verán reforzadas, debilitadas o si se mantendrán.
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