Cada vez más tiendas comercializan productos con la etiqueta de ‘reacondicionados’. Una alternativa sostenible y económica que muchos contemplan a la hora de hacerse con nuevos productos de tecnología y uso cotidiano a un precio más económico. Sin embargo, no todos están en las mismas condiciones ni cuentan con las mismas garantías.
Un producto reacondicionado es un artículo que ha sido preparado para que funcione de nuevo correctamente. Pero… ¿De qué estado partía ese producto y en qué consiste exactamente el reacondicionamiento? Lo cierto es que existen muchas dudas al respecto que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha intentado resolver.
Este tipo de productos pueden ser completamente nuevos, productos de exposición, artículos de segunda mano y también otros que han sido reparados o restaurados. Es decir, no siempre tienen por qué ser artículos nuevos y precisamente por ello se venden a un precio rebajado con respecto a estos.
Cómo acertar al comprar productos reacondicionados
Para evitar errores a la hora de comprar este tipo de productos, la OCU ha lanzado un decálogo de consejos a tener en cuenta a la hora de adquirir estos artículos.
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No dar nada por supuesto y asumir que seguramente se trata de un producto de segunda mano.
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Valorar qué vas adquirir y no esperar el mismo ahorro para todos los productos de este tipo.
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Comprobar el ahorro real que se va a obtener.
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Utilizar los comparadores de la OCU para comprobar el precio real del producto en cuestión.
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Revisar la descripción del producto.
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Fijarse en la duración de la garantía.
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Comprobar si el producto reacondicionado es de una marketplace y valorar los posibles riesgos relativos a la garantía y posibles devoluciones.
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Identificar cómo ejercer el derecho de desistimiento antes de realizar la compra.
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Revisa con cuidado el producto cuando lo recibas.
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Existen herramientas que te ayudan a comprobar el estado de un producto y su uso previo.
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