En el mercado audiovisual nos encontramos con constantes mejoras en la tecnología que nos permiten disfrutar de producciones de gran calidad. Hace unos años vivimos la revolución de la alta definición y ahora están llegando las imágenes 4K y 8K, con las que el salto cualitativo será todavía más grande. Para conseguir estos impresionantes resultados en cuanto a calidad de los productos cinematográficos o televisivos, es imprescindible contar con una cámara de vídeo de última generación.
Este tipo de tecnología suele ser bastante cara y se escapa de los presupuestos del usuario medio. Por ello, una gran opción si necesitas una cámara para grabar un evento, una celebración o un corto sin verte obligado a adquirir una, con el desembolso que esto significaría, es recurrir al alquiler de cámaras de vídeo . De esta manera, podrás disponer de una forma económica de material de máxima calidad y de todos los accesorios necesarios para inmortalizar todo lo que quieras de una forma rápida y cómoda.
Cámaras de los smartphone
Los últimos modelos de teléfonos de alta gama incluyen cámaras de vídeo de una alta calidad. Es el caso de Apple, Samsung o Huawei, que montan en sus teléfonos cámaras capaces de grabar en alta definición, 4K y hasta cámara lenta. Son una gran opción debido a su reducido tamaño y a que los llevamos prácticamente siempre en el bolsillo o en el bolso. Sin embargo, pese a la gran calidad de las que incluyen los teléfonos de la gama más alta, son la última opción si queremos tomarnos en serio la creación de contenido a nivel audiovisual. Con ellas conseguiremos cumplir las necesidades del usuario medio pero se quedan cortas para conseguir vídeos profesionales.
Cámaras de vídeo de consumo
Este tipo lo forman las que están diseñadas para un uso no profesional. Suelen ser poco costosas, con precios por debajo de los 600 euros, y como es lógico, la calidad de imagen que ofrecen es inferior a la de un máquina profesional. Eso sí, aunque la calidad sea inferior, uno de sus principales beneficios es que son más pequeñas y fáciles de manejar. Suelen ser automáticas aunque permiten ajustar los niveles de exposición de audio, balance de blancos o enfoque.
Semiprofesionales
Estás cámaras son el paso intermedio entre las de consumo particular y las profesionales. Ofrecen suficientes características para lograr una imagen de calidad profesional y suelen dar todo lo necesario para prácticamente cualquier trabajo. Por contra, son bastante más caras que las cámaras básicas para particulares aunque el aumento de calidad y opciones justifica esta subida.
Cámaras profesionales
Con ellas conseguimos alcanzar un nivel de calidad superior a todos los mencionados anteriormente. Incorporan sistemas profesionales como un chip de procesamiento de video de alta calidad gracias al cual ofrecen una imagen que puede ser emitida en cine o televisión. Están pensadas para ser utilizadas únicamente por profesionales del audiovisual ya que es necesario contar con preparación para poder utilizarlas. Además de los chips de procesamiento de imágenes, también incorporan lentes intercambiables. El costo de estas cámaras puede ascender a cifras por encima de los 10.000 euros de manera fácil.
DSLR
Las DSLR son básicamente cámaras fotográficas digitales con capacidad de grabar vídeos en HD. En la actualidad son modelos muy versátiles y cuentan con una gran popularidad. Entre sus principales características nos encontramos con que cuentan con sensores de imagen grandes para captar una mejor calidad, sus lentes son intercambiables, lo que permite un mayor número de usos, y además son bastante más asequibles que las cámaras semiprofesionales o profesionales.
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