Con julio a punto de llegar a su fin, el mes de agosto ya aguarda a la vuelta de la esquina. Y aunque muchos españoles se hayan marchado y regresado ya de sus vacaciones, la mayoría todavía espera para poder hacerlo durante el mes que viene. Serán muchos los que cojan un avión para llegar a su destino. Pero, ¿qué pasa si el vuelo se retrasa?
Uno de los grandes miedos de quienes contratan unas vacaciones que comienzan con un trayecto en avión suele ser siempre el mismo: que se cancele el trayecto o se retrase demasiado. Que esto ocurra puede echar por tierra todas las vacaciones y generalmente los usuarios no pueden hacer nada para remediarlo.
Sin embargo, queda una alternativa: la reclamación. Aunque no siempre es posible reclamar si ocurre un retraso. En concreto podrán hacerlo quienes sufran un retraso de mínimo tres horas, que pasarán a tener derecho de una indemnización que va de los 250 euros para viajes de hasta 1.500 kilómetros, hasta los 600 se se superan los 3.500 kilómetros.
Pese a ello, las aerolíneas cuentan con algunas excepciones para librarse de pagar esas indemnizaciones. De hecho, no lo harán si el motivo del retraso es catalogado como extraordinario. Algo que sucede en los siguientes casos:
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Inestabilidad política en el país de origen o destino.
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Condiciones meteorológicas incompatibles con el vuelo.
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Riesgos para la seguridad.
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Deficiencias inesperadas en la seguridad del vuelo.
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Huelgas que afecten al transporte aéreo.
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