En muchas ocasiones, en la mayoría de ellas por salud, muchas personas se ven obligadas a no consumir sal en su día a día. Y, debido a que estamos muy acostumbrados a ella, al tener que renunciar a la sal la comida no sabe a nada. Sin embargo, existen algunos trucos para que la comida sea sabrosa aún sin utilizarla.

Como es lógico, el sabor no será exactamente el mismo. Pero lo cierto es que los resultados son sorprendentes y, sobre todo, bastante sabrosos. Para conseguirlo basta con seguir alguno de estos cuatro trucos:

1. Utilizar especias: recurrir a hierbas aromáticas o especias es una forma perfecta de conseguir platos más sabrosos. Por ejemplo, la pimienta aporta gran sabor y potencia, y hay otras como el orégano que también son muy recomendables.

2. Cítricos rallados: agregar piel de cítricos como la naranja o el limón es otra forma de sumar sabor a tus elaboraciones sin tener que recurrir a la sal.

3. Cebolla y ajo: estos alimentos también sirven como base para cualquier elaboración gracias a su gran sabor. Bastará con agregarlos en salteados, sofritos o guisos para conseguir más potencia.

4. Aceites aromáticos: otra opción es condimentar el aceite de oliva con otros productos para conseguir aceite aromatizado. Con el conseguirás darle otro punto a cualquier elaboración, sin importar que sea carne, verdura o una ensalada.