Si había una rueda de prensa esperada por muchos poseedores de ordenadores durante el CES 2020 celebrado en Las Vegas, esa era la de Intel. Y es que se esperaban conocer los planes de futuro de la compañía, algo que quedó claro con el desembarco de los nuevos procesadores Tiger Lake y su tarjeta gráfica dedicada Xe.

Con una estrategia diferente a la mostrada por AMD en el CES, que aprovechó la convención para presentar los productos que pondrán en el mercado a corto plazo, la apuesta de Intel consistió en avanzar su futuro a medio y largo plazo. Algo que hicieron mostrando sus procesadores Tiger Lake, que sustituirán a los famosos Ice Lake. Con ella consolidarán su apuesta por los procesadores de 10 nm y podrán centrarse en alimentar a los portátiles de bajo consumo.

Pero no es la única noticia que avanzaron desde Intel ya que junto a estos nuevos procesadores llegará la implementación de sus nuevas tarjetas gráficas integradas basadas en arquitectura Intel Xe. Estas gráficas supondrán una evolución para los chips Iris Plus. Además, para estos nuevos equipos que plantea Intel también podrían disponer de memoria LPDDR5, lo que supondría una eficiencia muy superior con respecto a los módulos actuales.